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"I may not have gone where I intended to go, but I think I've ended up where I needed to be." (Douglas Adams)

¿QUÉ C*** ES LA IGUALDAD?

  • "La igualdad de derechos y obligaciones debe existir más allá de las diferencias propias de cada individuo".
  • "Igualdad no es lo mismo que equidad".
Hoy ya no pude callarme y tuve que hablar. 

No para convencer a nadie, porque eso me da igual. Hablé solo por mí.

A veces, callarse da una sensación de suciedad, de indignidad; como que te dejas “manosear” por las ideas de otros y tienes que decir algo, para no ser pusilánime, para no asentir con el silencio.

Estoy HARTA de que me menosprecien por ser mujer, de que piensen que tienen que protegerme y darme privilegios, o cuotas, o más derechos para que sea igual que los hombres. Nací igual que todo otro ser humado, soy un ser humano, una persona. No hay más que decir.

Este es un planeta hostil. Nos resulta hostil por ser mujeres, por ser gay, por ser feos, por ser tontos, por ser extranjeros, por ser gordos, por ser cojos, por no tener dinero, por miles de motivos. Y hay que luchar. No me gusta este planeta, pero es así.

Si nacemos en este planeta, más nos vale hacernos fuertes. Y luchar. Y no salir llorando a pedir que ‘papi’ Estado nos proteja. Siempre habrá gente mala, perversa, enferma. La maldad es intrínseca a algunos seres humanos, hombres y mujeres. Este planeta, todavía, es un lugar hostil para todo ser humano.

Discriminar positivamente para erradicar la discriminación es un oxímoron. Genera lo que quiere combatir.

Recuerdo cuando estaba estudiando en Manchester y una española quería convencer a una jordana de que se quitara el velo. ¿Tanto nos cuesta respetar las ideas distintas a las nuestras? Nadie obligaba a la jordana a llevar el velo; lo hacía porque era su fe, como quien lleva un crucifijo o una kipá. ¿Quién era la española para decirle lo que debía o no usar? ¿Quién es nadie para decirme si nací para ser madre y quedarme en casa criando a mis hijos, o ser la CEO de General Motors? Una cosa NO es mejor que la otra.

Lo mejor para mí es lo que me hace feliz, lo que nací para hacer, mi vocación (un concepto que se ha perdido – ¡qué pena!) y eso solo lo sabe cada uno en su corazón. Pero vamos perdiendo el corazón para volvernos solo robots pensantes.

Defender la igualdad de derechos y la libertad es defender la libertad para QUE CADA UNO HAGA LO QUE LE HAGA FELIZ, AUNQUE NO ESTÉ DE ACUERDO CON MIS IDEAS.

Por supuesto, yo tuve que defender el derecho de la jordana a usar su velo SI ESO ERA LO QUE ELLA QUERÍA. Imponer nuestras ideas a los demás NO es igualdad ni libertad, es autoritarismo. Y si no acepté nunca que un hombre me diga lo que debo hacer o cómo debo ser, tampoco lo aceptaré de una mujer.

Creo que las llamadas “políticas de género” están fracasando estrepitosamente porque, por ignorancia o por conveniencia, no apuntan a la igualdad entre seres humanos. Si dejáramos de clasificar a las personas en “hombres y mujeres”, empezaríamos a normalizar al ser humano. Y que cada uno elija su carrera, o su forma de vivir.

Y me han dicho, “pero hay hombres que violan mujeres”. Por supuesto que hay violadores; y asesinos, y fratricidas, y sociópatas, y filicidas, y pederastas… Algunos seres humanos son perversos, son violentos, son sociópatas, son malos; punto. Hombres y mujeres. El ser humano no va a evolucionar por medio de leyes o de adoctrinamiento.

Las políticas de género engendran más violencia, de ninguna manera generan la igualdad que dicen buscar.

¿Por qué no enseñamos a respetar a todo ser humano, a todo ser vivo y punto? ¿Por qué no vemos las diferencias como algo que suma y aporta? ¿Por qué no condenar TODO TIPO DE VIOLENCIA, contra todo ser humano (sin distinción de sexo, raza, condición social, nacionalidad, religión, apariencia física, etc.)? ¿Qué pasaría si fomentamos el respeto y la tolerancia a todo el que es distinto a nosotros, al que piensa diferente?

Me he sorprendido defendiendo cosas con las que NO estuve de acuerdo nunca en mi vida (por mencionar solo una: las azafatas de eventos como la Fórmula 1). Siempre pensé, “qué lástima esas mujeres ahí de escaparate de publicidad, como si fueran una cosa”, pero cuando las prohibieron… ¡claro! ahí tuve que ponerme de su parte. ¡Coño! Si una persona quiere ser un escaparate de publicidad, si eso le sirve y lo elije LIBREMENTE, ¿quién es nadie para decirle que no puede hacerlo? Es su cuerpo, su trabajo y su libertad. No hace daño a nadie, ¿cuál es el problema? ¿Somos la Santa Inquisición acaso? A veces, parece.

Autoritarismo. El enano facha que todos llevamos dentro se cree con derecho a decirles a los demás cómo deben vivir. ¡Ja! Y vamos de “progres”.

En general, prefiero pasar, callarme la boca, porque no es “políticamente correcto” decir lo que pienso, porque toda mi vida he sido minoría, porque estoy cansada de nadar contracorriente siempre, porque siempre estoy del lado del que lucha contra el sistema. Y HOY EL SISTEMA ES CONSIDERARME LA “PRINCESA DESVALIDA” POR SER MUJER. Tienen que darme leyes especiales, cupos, hasta el sistema educativo se está cambiando para que las mujeres estudien más ingeniería y ciencias; a las tesis dirigidas por una mujer les dan un punto más (alucinante). A ver quién quiere tener niños en unos años con tanto adoctrinamiento para “ser feliz” siendo “Premio Nobel”.

Ahora, las mujeres no deben hacerse cargo de “la carga” de los niños. ¿Perdón? ¿Los niños son una carga? Es un privilegio poder criar a tus hijos si quieres tenerlos. Si el hombre puede compartir ese privilegio, ¡será él el afortunado! ¿Estamos volviéndonos seres sin alma? ¿Estamos perdiendo el alma para “vendernos” al capitalismo?

Yo no he tenido hijos porque ser madre, en mi opinión, es una vocación, y no tengo vocación de madre. Tengo otra vocación, otro “llamado” en mi vida, pero si hubiera tenido vocación de madre, sería un privilegio para mí poder estar con ellos y educarlos, no sería una carga.

Imaginemos por un momento que un hombre quiere ser padre y le dice a su mujer que se quedará en casa para criar a los hijos y que ella vaya a trabajar para mantener a la familia, ¡menudo jeta! ¡Menudo aprovechado, joder!

El otro día escuché que las mujeres tenemos que llevar “la carga de los cuidados” de nuestros padres. Casi me da un infarto. ¿Estamos perdiendo toda humanidad ya? Para mí fue una suerte y un privilegio poder dejar mi trabajo para estar con mi madre los meses que estuvo enferma; una suerte y un privilegio que mi padre y mis hermanos no tuvieron. Y cada día di las gracias por ese privilegio. Nos estamos volviendo seres sin alma.

Me horroriza pensar que pueden adoctrinarnos y convertirnos en androides al servicio de un sistema de consumo.

Las mujeres pedimos igualdad. PENSÉMONOS IGUALES ENTONCES.

Yo jamás me pensé mujer. Siempre me he pensado persona, ser humano, y exijo tener las mismas obligaciones y los mismos derechos que tiene toda persona, los derechos del ser humano; da igual si soy mujer, hombre, gay, fea, coja, ciega, gorda, musulmana, negra, transgénero, enferma de sida o cualquier otra característica irrelevante.

Somos todos seres humanos. Todos vamos a morir y todos hemos tenido miedo alguna vez. Todos debemos tener los mismos derechos y las mismas obligaciones. Esa es la única igualdad. Después de eso, todos somos únicos y diferentes.

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