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"I may not have gone where I intended to go, but I think I've ended up where I needed to be." (Douglas Adams)

¿EN BILBAO?

Han pasado seis días y todavía sigo aterrizando.

Claro que se hace mucho más fácil la adaptación cuando uno tiene un amigo local, y desde que llegué, mi amigo bilbaíno como su familia y amigos me han tratado espectacular y eso, por supuesto, se agradece.

Pero el punto es que no he parado y, hasta para mí, es demasiado cambio en muy poco tiempo. El jueves aterricé y desde entonces, almuerzos y cenas de bienvenida (varios), cafés y cervezas con gente nueva (¡mucha!), y terminar de vender los muebles que me quedaron en Buenos Aires más responder los mails pendientes (¡siempre!). Estoy por aceptar que es definitivamente imposible reducir mi inbox. También abrir la cuenta en el banco, conseguir el celular y ver si puedo darle una mano a mi amigo en su agencia (tiene una agencia de viajes y está desarrollando un proyecto nuevo, y me entusiasma la idea de ver qué puedo aportar). En fin, que tengo la valija a medio deshacer y mis cosas literalmente desparramadas por el departamento donde me estoy quedando.

Me gusta Bilbao. Tiene una energía particular que me gusta. Pero lo que más me ha sorprendido hasta ahora no tiene que ver con la ciudad, sino conmigo misma. Me ha tocado darme cuenta de que todavía (sorpresa) me hago ideas de la gente.

A ver: si yo digo que conozco a X, ¿qué estoy diciendo realmente? ¿Qué conozco de X? Que es hombre, que es ingeniero o abogado, que prefiere el mate amargo, que duerme en pijamas, que tiene un Master y juega al fútbol, que tiene una hermana y un perro, que le gusta la música y la vida al aire libre. ¿Eso quiere decir que conozco a X?

O mejor todavía, por ahí sé que es inteligente y respetado en su entorno, y honesto y muy generoso. Y, ¿ESO quiere decir que conozco a X?

¿Y qué pasa si un día X hace o dice algo que no cuadra para nada con todo lo que creo de él hasta ese momento?

¡Ah! Entonces X me habrá decepcionado y ya no será lo que creía. Me sentiré muy desilusionada y hasta quizás le reprocharé que me haya roto la imagen que tenía de él. ¡Por supuesto!

Pero, en realidad, ¿quién es responsable de la imagen que me formé de X?

La verdad es que la responsable soy yo.

Más allá de lo que X haya hecho o dicho en el pasado (y doy por sentado que no me ha mentido ni engañado deliberadamente, porque eso ya es otra historia) –más allá de lo que X haya hecho o dicho, yo me armé una imagen, saqué una foto mental y me relacioné con eso. Este es mi gran descubrimiento de estos días: lo que creo saber del otro, conocer del otro, son cualidades accidentales que pueden variar. Lo único permanente es lo esencial y sobre eso no hay un predicado, no se puede poner en palabras.

Entonces vuelvo a preguntarme: ¿qué es conocer realmente a alguien?

Tal vez sea solo verlo y reconocerlo en cómo está siendo en cada momento, hasta que seamos capaces de vernos más allá de lo accidental.

1 comment:

  1. solo quiero decirte que te extraño y mucho.Hace muy poquito que te fuiste, pero tu ausencia se nota, y en demasia.Seguramente te estaras preguntando quién soy?, por que no me di a conocer. Solo decirte, y con esto creo que te vas a dar cuenta, es que el proximo año estas comprometida a venir.

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